Tras la disolución de la Unión
Soviético a comienzos de los 90s, surgió un nuevo orden mundial. Aparentemente,
los Estados Unidos se consolido como la única superpotencia debido a su gran
poder económico, militar y cultural. Sin
embargo, esta supuesta unilateralidad
empezó a cuestionarse porque
también surgieron otras potencias. Aunque inferiores en importancia, el poder
mundial experimento una mayor distribución. La Unión Europa comenzó a crecer
como potencia economía y su impacto incrementó.
El eje asiático encabezado por Japón y China también se encamino como un
nuevo poder. Otros países edificaron influencias regionales y poco a poco se
posicionaron como países emergentes. Brasil en Latinoamérica. Rusia. India en el Sur de Asia. Sudáfrica en África.
La consolidación del inglés como
lengua franca del comercio y la diplomacia, la tecnología en telecomunicaciones
como el Internet y la televisión por cable, la fortaleza de sistema de
transporte internacional, los mercados comunes, entre otros elementos han contribuido a la integración del mundo. Hoy existe un nuevo
mapa global muy diferente al existente en tiempos de la guerra fría.
En la actualidad, el mundo es más
complejo. Y como todo sistema mientras mayor es la complejidad, mayor es su
fragilidad. Estos cambios han surgido velozmente. Aun no entendemos lo que está
pasando y aún no sabemos hacia dónde va todo esto.
El siglo XIX fue el siglo de la
consolidación de la estructura económica,
social y política llamada como el Estado Nación. En realidad, el Estado Nación es una
estructura relativamente nueva y en la
actualidad ya está perdiendo vigencia.
En este mundo globalizado de hoy, existe una zona no regulada, una
especie de tierra de nadie que escapa del control de la ley y las normas. Las
organizaciones ganando importancia son organismos no-estatales
que habitan más allá de los fronteras nacionales, por ejemplo: corporaciones
multinacionales, organizaciones no gubernamentales de escala internacional,
colectivos supranacionales. Incluso, ya los conflictos armados en gran medida no se presentan entre estados
sino entre estados y grupos no-estatales como las redes terroristas, las mafias
criminales y sectores separatistas. La estructura de la Estado Nación es algo
ya antiguado y muchos grupos se han beneficiado de esta nueva realidad para acumular riquezas
y poder como nunca antes debido a los
pocos chequeos y balances que existen a nivel global.
Este fenómeno ocurre porque vivimos en una época de
transición. Hoy el debate no reside entre
la derecha y la izquierda como anteriormente. El debate de hoy está entre la
globalización y la antiglobalización. Lo curioso es que estos términos en el discurso contemporánea han sido apropiados por una elite
para promover su propia versión de integración internacional. Una versión
basada en la centralización y en la estandarización de todo. Ahora todo debe
pasar por Nueva York, Londres o Tokio donde los grandes capitales toman las decisiones verdaderamente importantes. Es
cierto. Hay más dinero y en muchísimos
sectores la pobreza ha disminuido y el bienestar social ha aumentado. Sin
embargo, la dependencia del individuo singular
a estos centros de poder ha crecido notamente. Estamos perdiendo la pequeña comunidad.
La polémica entre globalización y
antiglobalización es un falso dilema. Todo el que critica esta versión de
integración planteada por las corporaciones transnacionales es comúnmente etiquetado
como reaccionario, anti progreso, nacionalista, tribal, obtuso, resentido e
ignorante. Sin embargo, existen varias alternativas de integración
internacional. No toda integración
necesita un centro fuerte y muchas débiles periferias. La integración se puede
lograr de manera horizontal. Muchos centros autónomos interactuando con el todo
interdependientemente. En otras palabras: Diversidad en Unidad. Una avanzada red
mundial formada por comunidades locales , con autonomía, autenticidad y riqueza cultural
pero integradas al mundo moderno, contribuyendo
a la humanidad, y aportando al planeta.
Artículo publicado por El diario El Tiempo ( Valera, Venezuela) el viernes 19 de Agosto 2016 en la Columna Entre libros y montañas
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