Los griegos creían que la búsqueda de la virtud es la solución al problema de la felicidad. Según filósofos como Aristóteles, la virtud es la condición ideal del ser humano. Es una actitud general , apropiada y útil que promueve el bien en diferentes circunstancias. Por ejemplo, la valentía es la virtud de hacer el bien en circunstancias peligrosas o a pesar de estas. Es el punto medio entre la temeridad y la cobardía. Ser temerario es exponerse a los peligros sin sentido alguno. Mientras que ser cobarde es evadir las buenas acciones por temor a los peligros. Ambos , según los griegos, son pecados o vicios , uno de exceso y el otro de deficiencia. Y así va con las otras virtudes. La bondad es el punto medio entre el paternalismo y la indulgencia. La generosidad está entre la tacañería y el despilfarro. La prudencia está entre el desenfreno y la rigidez. La justicia está entre la impunidad y la tiranía. Eso para mencionar algunas virtudes. En la escuela clásica de las virtudes, la aspiración es ser generalistas. En otras palabras, uno debe esforzarse para adquirir todos las virtudes y ejercerlas en todas las circunstancias. Algo muy difícil por supuesto.
Al contrario de la idea clásica, Nietzsche opinaba que la postura generalista en torno a las virtudes implica mediocridad y aburrimiento. Según él ,ser bueno en todas las áreas es en realidad ser bueno en ninguna porque la excelencia necesita de la especialización. Debido a esto, cada excepcionalidad connota que una gran virtud es lograda al costo de un gran defecto. A diferencia de la postura clásica de los griegos, este enfoque puede ser verificado muy fácilmente en lo cotidiano. Los individuos que se destacan en una arena en particular presentan muchas deficiencias en otras. Por otro lado, lo que es una virtud en un determinado contexto , es un defecto en otro.
Mientras los filósofos encuentran la virtud en el carácter, el mundo moderno la encuentra en el ideal de la persona bella y exitosa. Pero este ideal también presenta sus reveses.
Por ejemplo, la belleza. Una mujer sumamente bella por lo general tiende a ser tratada por los demás de manera preferencial. Sin embargo, este trato especial en muchos casos solo ocurre en un plano superficial. Es una trampa porque básicamente es una cuestión de forma, carece de profundidad y sinceridad. Esta hermosa dama siempre se topa con personas amables pero al mismo tiempo estos a menudo la ven con desconfianza. Y rara vez la valoran integralmente. Este ambiente de falsedad y envidia crea las condiciones ideales para que esta mujer pierde perspectiva. Con gran facilidad, puede caer en el narcisismo. Esto acarrea serias desmejoras en la personalidad de estas bellas criaturas. Generalmente, son personas difíciles de complacer porque siempre quieren más. Se creen cada vez más especiales pero cada vez se encuentran más aisladas.
Sobre la inteligencia. Con mucha frecuencia, las personas inteligentes y cultas resultan ser muy interesantes. Pero también suelen a ser testarudas en sus ideas y excéntricas en su conducta. Por preferir las abstracciones y vivir por sus ideas muchas veces descuidan los aspectos prácticos de la vida. Son de difícil convivencia más allá de una conversación ocasional. No es fácil.
Sobre la prosperidad económica. El dinero compra muchas comodidades y oportunidades. También aporta considerable prestigio social. Pero el dinero tiende a crear dependencia y atrofia ciertas capacidades. En algunos casos , el éxito material es fatal para la creatividad y para la habilidad de adaptarse en tiempos de carencias. Producir dinero requiere tiempo y esfuerzo. Muchas veces se compromete la tranquilidad y otras facetas de la persona. El dinero tiende a crear personas relativamente básicas.
Sobre la fama y el poder. El poder y la fama en un principio poseen su atractivo porque satisface la necesidad humana de reconocimiento. Sin embargo, también pueden llegar a convertirse en una prisión. Estar expuesto al escrutinio público tiene también un elemento asfixiante. Las responsabilidades y la pérdida del anonimato son una carga del mismo modo que pueden ser ventajas
Sobre la disciplina y los logros. La constancia es muy importante en la vida. Y también es vital tener aspiraciones. Sin embargo, si el éxito se convierte en una obsesión, la calidad de vida se deteriora. Un problema que los menos exigentes entre nosotros no padecen.
Por eso es que no todo lo que brilla es oro. Todo tiene su lado espinoso. Todo tiene su lado bonito. Probablemente, es sabio aprender a querer a los demás como un todo, con sus virtudes y con sus defectos.
Gustavo Godoy
Artículo publicado por El diario El Tiempo ( Valera, Venezuela) y en varios medios alternativos en varios países el viernes 27 de Enero 2017 en la Columna Entre libros y montañas
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