lunes, 10 de junio de 2019
¡El Cardenalito casi extinto! : ¿Qué podemos hacer?
Barquisimeto, Venezuela
En Venezuela, el cardenalito es un símbolo importante. El ave aparece en las letras de las canciones y en los libros de texto. De hecho, el cardenalito está en todos partes. Es un emblema que se asocia con la belleza y a lo local. Después del Turpial, prácticamente es el ave nacional. Particularmente en el Estado Lara, en la zona centro occidental del país, es parte integral de la cultura popular. Sin embargo, pocos saben que este bello pajarito en estos momentos se encuentra en peligro de extinción. En realidad, la situación es crítica. En la actualidad, solo existen de trecientos a tres mil ejemplares. Un número alarmante, sobre todo si consideramos que la población de cardenalitos en épocas anteriores llegó a ser de tres millones. Si no hacemos algo urgente, el cardenalito desaparecerá para siempre.
El cardenalito es un ave de aproximadamente diez u once centímetros de longitud. En el macho, su cabeza, sus alas y su cola son negras. Y su cuerpo es rojo con algo de blanco. En el hembra, predomina el rojo claro. De hecho, se parece mucho a un canario. Habita casi exclusivamente en Venezuela. Sobre todo en la zona central y la zona occidental del país. Particularmente, en bosques más o menos secos de altitud media. Es un cantante potente rico en notas, pero de escaza musicalidad. Gran aficionado a las semillas. Muy curioso el cardenalito.
Según el libro rojo de la Fauna de Venezuela, editado por la ONG Provita, esta ave se ha visto amenazada desde varios flancos. Primero, por la pérdida de su hábitat natural producto de la desforestación y el crecimiento urbanístico indiscriminado. Segundo, debido a su captura y comercio ilegal. Anteriormente, el cardenalito era muy cotizado por su plumaje, que se utilizaba para confeccionar sombreros. Hoy en día, su captura es motivada por el comercio de mascotas y la hibridación con el canario para producir un canario rojo, el cual están muy de moda en el mundo canaricultor. Al parecer, la belleza ha sido una trágica condena para el tan emblemático cardenalito.
Ahora bien, ¿Qué se puede hacer?
Primero, apoyar a los científicos.
Durante los últimos años, en Venezuela, muchos científicos han tenido que irse del país debido a la crisis. Y los pocos que quedan no tienen recursos para la investigación. Muchas organizaciones internacionales han cerrado sus oficinas y las instituciones nacionales no tienen ni la capacidad ni los fondos para hacer el trabajo. Esto quiere decir que en Venezuela se sabe muy poco de los que realmente está ocurriendo en materia de biodiversidad. Simplemente, hay muy poca gente realizando investigación científica. Los científicos necesitan el apoyo de los gobiernos y el público. Se necesitan recursos. Y en este momento no los tienen. Donar dinero o ser un voluntario para proyectos de investigación y conservación en Venezuela es una gran contribución.
Segundo, difundir la información y condenar el comercio ilegal de mascotas.
Podemos utilizar las redes sociales para despertar interés. Todos podemos contribuir a difundir información sobre la grave situación del cardenalito.
Condenando su captura y comercialización.
Exigiéndole a las autoridades sus deberes en materia de conservación. Y explicando a los dueños de mascotas la problemática y la importancia de no adquirir una especie en peligro de extinción.
Tercero, tomar café.
Exactamente. Así como se escucha. Tomar café. La ONG Provita Venezuela ha desarrollado un proyecto de conservación llamado “Aves y Café” que promueve el cultivo de café bajo sombra para conservar la biodiversidad en bosques y al mismo tiempo permitir mayores ingresos económicos a los caficultores de la zona de la cordillera de la costa, en el norte del país. Un café certificado como amigable a las aves se puede vender a mejores precios que el café cultivado con métodos no ecológicos. Este proyecto busca crear más espacios para las aves como el cardenalito. Y, en efecto, consumir café con este certificado (pagando lo justo) es un gran aporte para él. En Caracas, ya hay establecimientos que venden este tipo de café.
En Venezuela, se han visto casos exitosos en materia de conservación. El caso de la Cotorra Margariteña es un ejemplo. Un proyecto también desarrollado por la ONG Provita, bajo el liderazgo del biólogo e investigador Jon Paul Rodríguez, recientemente premiado con el prestigioso Whitley Gold Award por su gran labor. La Cotorra Margariteña ha mejorado su situación gracias al esfuerzo y dedicación de mucha gente. El Cardenalito también puede convertirse en una gran historia de éxito. Pero necesita el apoyo de todos. Y lo necesita con urgencia.
Gustavo Godoy
Este articulo fue enviado a la prensa regional y nacional.
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