domingo, 5 de enero de 2025

Más allá de la tristeza

 


La tristeza es una daga que nos parte el alma, dejando el dolor de las ilusiones perdidas. Y uno queda ahí, solo en el vacío, viendo cómo el hogar construido con tanto anhelo se desvanece como polvo al viento, llevándose, entre llamas y lágrimas, nuestra felicidad y nuestro amor. ¡Adiós, esperanza!

Perder una ilusión es como si nos arrancaran las alas y nos dejaran caer en un foso sin fondo. La vida, que antes parecía llena de flores, ahora se nos presenta como un desierto árido. Y, sí, la tristeza es el castigo de los ilusos que pensaron por un momento que la felicidad sería eterna. El dolor es inmenso. Tan inmenso que se siente infinito.

La tristeza nos paraliza, quitándonos las ganas de seguir viviendo. Se nos escapa la fuerza vital que nos impulsaba. El corazón se seca y se encoge, oprimiéndonos el pecho como un yugo de plomo.

Sin embargo, en las profundidades del ser, persiste una chispa de resistencia que nos llama a levantarnos de las cenizas. Es en la soledad y el dolor donde encontramos la verdadera fuerza para reconstruirnos, pieza a pieza, y seguir adelante, aunque el camino sea incierto y pedregoso.

Recuerda: Es posible ver la pérdida y la desilusión como lecciones y oportunidades de crecimiento. Así que levanta la cabeza, respira profundo y camina al frente. El sol siempre vuelve a salir.

Gustavo Godoy

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