viernes, 11 de septiembre de 2015
La educación y la fe en los demás
Generalmente, todos aceptamos la educación como el mejor método para
transmitir valores socioculturales y datos útiles entre los miembros
de la sociedad. Es cierto. Sin embargo, se nos olvida demasiado a
menudo que el objetivo deseado de la educación es la
autorrealización del ser humano mediante el mejoramiento de las
cosas. Para decirlo de otra manera, nuestros deseos de aprender están
realmente motivados por el anhelo humano de querer mejorar y de
querer vivir. Se nos olvida esto con demasiada frecuencia. Se puede
decir que todo proceso educativo debe tener como centro el
aprendizaje sobre la vida, y las maneras de como encausarla
adecuadamente. La educación debe prioritariamente impulsar valores
éticos y fortalecer la identidad. Es irónico que hoy en día los
aspectos elementales de la educación sean los más descuidados en los
sistemas educativos de todo el mundo.
El tema educativo no está limitado solamente a los educadores, a las
aulas de clases o a una edad en particular. Nos compete a todos, en
todos los ámbitos, y a lo largo de toda nuestra vida. La educación
entonces es fundamental en la vida y no es sólo una preparación para
jóvenes encaminándose hacia una futura vida laboral.
El verdadero propósito de un modelo educativo es producir seres
ejemplares, no solo una fuerza de trabajo. Por otro lado, la meta del
estudiante es el desarrollo constantemente de sus capacidades,
capacidades para hacer el bien, para la felicidad. La imaginación, el
pensamiento útil, la acción creadora, la expresión y la cooperación
son los frutos en un sistema educativo eficaz. La educación es buena
en la medida que produzca un ser humano pleno.
Las fallas en el modelo educativo actual son una de las principales
causas de nuestra crisis planetaria de recursos humanos. El sistema
educativo mundial está equivocado. No sirve. Este produce
pasividad, obediencia ciega, y reduce el gran potencial de los jóvenes
a un colectivo terriblemente mediocre. Este sistema está basado en la
estandarización y en la jerarquía. Sus fines y sus medios son
totalmente inapropiados. El sistema imita el funcionamiento de una
fábrica inglesa del siglo XIX sin tomar en cuenta las
particularidades. La enseñanza en masa del momento está diseñada para
producir gente obediente, dócil y sin criterio propio alguno.
Nuestras instituciones educativas manufacturan personas como si
fueran mera máquinas de trabajo sin espíritu. Nuestras escuelas se
parecen a una cárcel o a una maquila cuando deberían parecerse a un
jardín. El sistema, con sus raras excepciones, carece de valores
humanos por lo tanto es inadecuado. Así de sencillo.
Una nueva pedagogía pide una nueva concepción, un cambio de paradigma.
Es necesario repensar los fundamentos del pensamiento educativo
mundial para poder crear las circunstancias favorables para un auténtico
mejoramiento personal. La tarea de un buen educador es inspirar al
otro a confiar e interesarse por sí mismo, a usar los recursos de su
propia mente, y a encontrar por si solo sus propias fortalezas.
El individuo común puede empezar dando su aporte reconociendo el
hecho que hay mucho potencial en el otro, brindando una oportunidad a
la gente y esperando más de los demás. Vamos a crear ambientes con
horizontes mucho más amplios confiando que las personas son capaces.
Vamos a fomentar un clima cálido, abierto y participativo donde
existan muchas oportunidades para entrar en contactos con todas las
corrientes del pensamiento respetando la diversidad de talentos,
escuchando lo diferente con atención y estimulando lo positivo con
entusiasmo.
El papel del educador debe ser realizado por todos. El ser humano
requiere un nuevo modo de enseñar y aprender porque los modelos
actuales no sirven. Tenemos que ser parte de la solución,
propiciando un cambio de enfoque. Solo con una actitud creativa y
proactiva orientada a lo bueno y realmente útil, podremos construir
el mundo bonito, feliz y de bien que todos queremos. Este lindo
planeta tiene mucha gente valiosa y, muchas veces, no lo vemos.
Apoya a tu gente, apoya a tu país .Ten fe en los demás.
Gustavo Godoy
Articulo publicado por el Diario El Tiempo de Valera , Viernes 11 de septiembre de 2015 en la columna Entre libros y montañas
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