Leer a Dante es
encontrarnos con un mundo totalmente diferente al actual. Esto es
porque su cosmovisión obedece a un orden invariable; y hoy nuestra
postura es mucho más ambigua. Es decir, el universo dantesco se estructura de
un modo perfectamente jerárquico y preciso. Es una concepción básicamente medieval,
por supuesto. En la Edad Media (tiempo de Dante), aún dominaba las
suposiciones de Aristóteles y Tolomeo sobre la realidad. Según estos
pensadores, el universo estaba dividido en categorías de diferente valor. Por
ejemplo, existía lo físico y lo espiritual, siendo lo primero inferior a lo
segundo. Otro ejemplo: estaba lo humano y lo animal. Lo humano superaba a lo
animal en valía; pero estaba por debajo de lo divino. Por encima de lo divino:
nada. Se puede añadir también que en aquellos tiempos existían
zonas céntricas y otras periféricas. El centro físico
representaba literalmente la supremacía moral y metafísica. Es más,
por mucho tiempo, se aceptó la idea de que la Tierra ocupaba en centro de todo,
y que los demás astros, incluyendo el sol, giraba en torno a
ella. Ahora resulta claro que estas viejas nociones del
cosmos se la debíamos más a un asunto de ego que a la observación
objetiva de la evidencia. Bueno, sí, de más está decir
que la ciencia moderna ha logrado refutar estas creencias antiguas.
Sin embargo, aún es frecuente toparse con personas (por lo general religiosas)
que profesan estos credos ya vencidos. Pero, bueno, ese es un tema más complejo… En términos
generales, podríamos afirmar que los esquemas medievales han sido abandonados.
Y hoy son considerados absurdos. Al mismo tiempo, debemos admitir que el
universo medieval todavía conserva un gran valor estético, sin duda. En otras
palabras, en nuestros días aún brilla por su belleza. En el arte vive y
resplandece.
La Divina Comedia (1308-1321), o
simplemente “Comedia” porque el adjetivo
fue añadido más tarde por Boccaccio, es
un poema épico escrito en tercetos -en italiano- por el poeta florentino
Dante Alighieri, el “Poeta Supremo” y “Padre del idioma” italiano. Es un libro de
transición del pensamiento medieval (teocéntrico) al renacentista
(antropocéntrico). Toma algunos elementos considerados anteriormente
como baja cultura y los combina con temas y estilos elevados. Creando así una
obra maestra. La comedia se
divide de tres partes: el “Infierno”, el “Purgatorio” y el “Paraíso”. Cada una
de sus partes a su vez se componen en treinta y tres capítulos (cantos). Si
acotamos que hay un canto introductorio, la totalidad de la obra se forma de
cien cantos. Cien: el numero de la perfección. Cada uno de estos reinos, presentan
a su vez nueve tramos. Obviamente, el autor concede una importancia enorme a la
simbología de los números.
El texto nos relata una
vivencia, la historia de un viaje espiritual por el universo. Dante (narrador y
protagonista), a sus treinta y cinco años de edad, atraviesa una crisis
existencial. De pronto, se encuentra, por razones que nunca explica, en medio
de una selva oscura y tenebrosa. Al poco tiempo de estar ahí, es acechado por
tres bestias. La situación se torna desesperada, pero pronto se encuentra con
el poeta romano Virgilio, autor de la Eneida, que lo rescata y lo guía, a
solicitud de Beatriz (su eterno amor platónico que lo quiere ayudar desde el
más allá). Su peregrinaje comienza el viernes santo del año 1.300 D.C y termina
una semana después. Inician en el infierno (un hoyo), pasan por el purgatorio
(una montaña) y finalizan en el paraíso (el cielo). En el trayecto,
se encuentran con personajes históricos y mitológicos (todo es una mezcolanza
de historia, mitos paganos, y catolicismo). Y las personas están distribuidas
en cada lugar según sus méritos y pecados. Ordenadamente, claro. La pieza es,
de hecho, un gran inventario de todo. Vemos de todo. Hay muchos
diálogos muy interesantes. Y, ah, las descripciones son fascinantes.
La
Divina Comedia narra simbólicamente la historia de una transformación
personal. La obra educa, asombra y enamora. Viajando
junto a Dante, escuchando a Virgilio, queriendo a Beatriz, se
aprende sobre la vida. Se aprende sobre las limitaciones de la razón, el valor
de la virtud, la grandeza del amor y el
poder de la fe.
Gustavo Godoy
Artículo publicado
en El diario El Tiempo ( Valera, Venezuela) y en varios medios alternativos
en diferentes países del mundo el Viernes 02 de Marzo 2018 en la Columna Entre
libros y montañas
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