Los primeros colonos ingleses llegaron
a la costa Este de Norteamérica en 1607. Eran puritanos protestantes que
decidieron escapar Europa para buscar
un mejor futuro emigrando. Eventualmente, este territorio se organizó en
trece colonias dependientes de la corona inglesa usando el nombre de Nueva
Inglaterra. Una vez lograda su independencia este nuevo país adopto el mismo nombre
de su continente. Se refundo como Los Estados Unidos de América. Debido a sus
raíces protestantes, esta nación, a diferencia de sus vecinos
católicos, se caracterizó desde el principio por su distintivo carácter
individualista y su fuerte ética de trabajo.
Con el trascurso de los años, los
EEUU se convirtió en la gran potencia
económica, militar y cultural del mundo. Su influencia, para bien o para mal,
alrededor de todo el planeta es considerable. En EEUU, todo es ruidoso, nuevo, rápido,
grande y conveniente. Es la tierra del automóvil, la televisión,
Hollywood, las franquicias, las
marcas, la comida rápida, los shopping
malls y las miles de iglesias. Todo gira en torno a las celebridades, los
negocios y el consumo. Hay muchas cosas pero poco tiempo libre. Hay muchas
oportunidades, pero también mucho trabajo. Todo parece estar estandarizado y
regulado artificialmente.
Según los estereotipos, el
americano promedio es optimista,
amigable, informal, confiado y solidario. En un lado más negativo, el
americano también es visto como ignorante, superficial, arrogante, patriotero, conservador,
egocéntrico, y obeso. Tiene de todo pero carece de cultura. Sus modales son
toscos y presenta serios problemas controlando el volumen de su voz en público.
Eso contrasta con el estereotípico
europeo. En muchos aspectos, el europeo es más formal que el americano, como en
su modo de vestir y en sus costumbres. Mientras que el americano está sentado comiendo hamburguesas frente a un gigantesco televisor, el
europeo está paseando relajadamente en el
parque o la plaza. O está degustando un café o un vino en su sitio preferido, mientras lee el periódico o un buen libro. En
su camino a casa, entra en una pequeña panadería
tradicional para comprar un queso regional o un pan artesanal. A diferencia de
sus amigos al otro lado del atlántico, se preocupa por refinar su lenguaje y su
cultura. Atiende a los museos y a los festivales al aire libre. Acude al cine y
al teatro. Y a menudo, conversa con amigos sobre
temas políticos, filosóficos y
artísticos mientras disfruta de números días feriados y largas vacaciones. El
Estado garantiza su bienestar ofreciendo muchos servicios.
Debido a que la política exterior de
los EEUU en muchísimos casos resulta profundamente reprochable, es una realidad
que un sentimiento antiestadounidense existe en muchos lugares, sobre todo en el
Medio Oriente, Rusia, China y Latinoamérica. Eso frecuentemente es explotado
por los tiranos de turno para ocultar sus fallas culpando a los EEUU de
todos los males en la tierra y mostrarse ellos como inocentes víctimas. Sin
embargo, el asunto no esta tan sencillo.
Los EEUU siempre ha estado abierto a
los inmigrantes. A diferencia de otros países, las personas de talento y éxito
son admiradas y apoyadas. El individuo es
escuchado. Y siempre es posible cambiar las cosas, siempre es posible comenzar
de nuevo. Para muchos provenientes del tercer mundo, este país significo
progreso. Lo que en los EEUU es muy accesible a nivel material en muchos países
está reservado a una pequeña minoría privilegiada. Esto es cierto.
Es un
país muy grande, muy diverso, lleno de oportunidades, pero también lleno de contradicciones
y problemas. A pesar de todos sus logros, esta superpotencia, cuando se compara
con otros países desarrollados, desempeña pobremente en materia social. He ahí la ironía. En realidad, es un país todavía
muy desigual.
El sueño americano es la idea que con
trabajo duro cualquier persona, indiferentemente de su origen, puede llegar a
la cumbre social. Los neoconservadores a menudo relatan muchas anécdotas sobre
personas que lo han logrado y esto
supuestamente confirma la vigencia de esta doctrina en la realidad. Sin
embargo, estadísticamente la realidad parece ser otra. Y estas anécdotas, aunque
ciertas, parecen ser la excepción y no la norma.
En la antigüedad, no era raro que un
esclavo se convirtiera en el transcurso de su vida en dueño de esclavos. Eso no
significa que este sistema sea moral o justo. Los sistemas
competitivos, y jerárquicos crean profundas desigualdades. El sueño americano también
tiene su lado cruel. Implica que el
éxito es merecido, pero también que el fracaso es igualmente merecido. Según
esta lógica, podríamos deducir que los
pobres son pobres debido a su propia incompetencia y la asistencia social no está justificada. Esta
actitud, a parte que impone mucha presión en las personas, no es otra cosa que la validación de
las desigualdades para evadir reformas sociales. Aunque en un principio
este sueño suena muy bonito, a la final,
sus efectos no son muy positivos para la sociedad toda. Es hora de despertar.
Gustavo Godoy
Artículo publicado por El diario El Tiempo ( Valera, Venezuela) y en varios medios alternativos en varios países el viernes 06 de Enero 2017 en la Columna Entre libros y montañas
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