viernes, 22 de diciembre de 2017

Julio Cortázar






La obra de Julio Cortázar se destaca por poseer un marcado elemento lúdico. Sin lugar a dudas, era un autor amante de la travesura literaria. Además, tenía la gran capacidad de descubrir lo fantástico en medio lo cotidiano. Y este atributo mágico y paradójico que él podía ver en la realidad lo plasmaba en el papel con su particular lenguaje poético. Escribía como jugando, como coqueteando con guiños y sonrisas. Para nada convencional, para nada solemne. Innovador. Original. Maestro del cuento. A veces surrealista. Siempre fluido y despreocupado. Quien lo  lee queda con la grata sensación de que para él la escritura era pura diversión. En fin, era un escritor excepcional.

Cortázar nació en Bruselas en 1914, el día que el káiser y sus tropas invadieron Bélgica. Su padre trabajaba allá para entonces, desempeñaba cierta función relacionada con la diplomacia. Luego, a los 4 años la familia regresó a su país de origen, Argentina. Julio, allí,creció y estudió. Eventualmente, obtuvo un profesorado en letras. Y durante 5 años fue maestro rural y profesor de literatura. En 1951, se trasladó a Paris donde vivió el resto de su vida. Murió en 1984.

La imagen que comúnmente se tiene de Cortázar es la de un  hombre muy alto, con barba, anteojos y cabello negro mediamente largo. Casi siempre con chaqueta y aire relajado. Fumando un cigarrillo, tal vez. Su rostro nunca llego a revelar su verdadera edad. Era mucho mayor de lo que aparentaba. Y cuando hablaba, al igual que Alejo Carpentier,  pronunciaba la erre a la francesa. Ese acento no lo adquirió en Francia. Hablo así desde que comenzó a hablar.

Era un sujeto muy interesante. Le encantaba la música, en especial el jazz. Tocaba la trompeta y tenía una enorme colección de discos. Era aficionado a los viajes, a la fotografía, al boxeo,  a los museos,  a la naturaleza, a pasear sin rumbo fijo  y a  los eventos  extraordinarios. Era dueño de una furgoneta llamada "Fafner “, una gata de nombre " Franela" y  una casa de campo en Saigón.

Se destacó como traductor por muchos años. Tradujo  toda la obra de Edgar Allan Poe,  del inglés. Pero también tradujo a  otros. En la UNESCO, trabajó por mucho tiempo como traductor.

Sentía una gran admiración por Jorge Luis Borges. Borges publicó su primer cuento cuando éste dirigía   la revista Los Anales de Buenos Aires. Junto a García Márquez, Carlos Fuentes y Vargas Llosa fue uno de los protagonistas del boom de la literatura latinoamericana de los años 60. Mi predilecto, por cierto. También fue activista de izquierdas. Luego, de su viaje a la India, desarrolló un profundo interés por la lucha política. Apoyó la revolución cubana y a Salvador Allende en Chile. Pero sobre todo, se sumó a la causa de  los Sandinistas en Nicaragua.




¿Quién fue Julio Cortázar? No lo sé exactamente. Como él decía, toda biografía es una colección de meras conjeturas. Pero su obra esta ahí. Julio está en Bestiario, en Un tal Lucas, en Libro de Manuel, en Los Reyes, en Historias de cronopios y famas, en Rayuela. El escritor está en sus libros.

¡Julio Cortázar!  Para mi, eterno compañero y amigo. Se te quiere, cronopio.



Gustavo Godoy

Artículo publicado en  El diario El Tiempo ( Valera, Venezuela) y en varios medios alternativos en diferentes países del mundo el Viernes 22 de Diciembre 2017 en la Columna Entre libros y montañas



ver blog: www.entrelibrosymontanas.blogspot.com





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