Existen personas que les cuesta mucho trabajo resignarse a su
realidad social y monetaria. Simplemente, no pueden aceptar su
situación y pasan sus vidas profundamente desdichadas cuando lo
cotidiano no coincide con sus falsas expectativas. Esas personas
siempre quieren más y más, cayendo muchas veces en la insensatez.
Sufren de una eterna insatisfacción y, como consecuencia, viven por
encima de sus posibilidades. Es decir, no pisan tierra nunca. No han
aprendido a tolerar la rutina ni a superar los obstáculos con
paciencia. Abusan de su suerte ridículamente y cometen excesos sin
necesidad por el simple hecho de prender ser lo que no son. Aún no han
comprendido que no es muy buena idea buscar la felicidad en lo que
no se tiene. La vida real está llena de dificultades. Y hay que saber
llevar las cosas poquito a poco. Sin prisa pero sin pausa. Este tema
lo toca, de una manera sumamente elegante y hermosa debo decir, el
escritor francés Gustav Flaubert en su novela Madame Bovary (1857).
Emma, hija de un inculto hombre de campo, se casó con el bondadoso
pero aburrido medico de provincia, Charles Bovary. Viven entre gente
sencilla y convencional en una pequeña ciudad desprovista de todo
atractivo. El problema es que Emma anhelaba más. Ansiaba escapar hacia
los lujos y la sofisticación. Tenía un carácter iluso y extremadamente
romántico. Lamentablemente, sus aspiraciones se basaban no en la
realidad sino en la fantasía. Quería vivir como los cosmopolitas ricos
de Paris. Allí, según ella, se hallaba la felicidad y la diversión
perpetua entre goces y bailes de disfraces. Su inmadurez la lleva a
cometer numerosas tonterías. Por un lado, tuvo dos aventuras amorosas
que terminaron inevitablemente en terribles decepciones. Por el otro,
se endeudó enormemente comprando banalidades y cometiendo imprudencias.
Todo esto la llevó a la desesperación y al final se suicidó. Sus sueños
de gloria y toda su bobería finalizaron en tragedia.
Al leer
este influyente clásico del realismo literario, debemos, pienso yo,
prestar particular atención a la composición de sus escenas. La celebre
escena de la feria agropecuaria, por ejemplo. Aquí, uno de sus
amantes, Rodolfo, trata de seducir a Emma susurrando palabras de amor
mientras se pronuncia en paralelo un discurso rimbombante por parte de
uno de los oradores de orden. Esta técnica de contrapunteo también es
utilizada en la escena de la catedral cuando Emma se encuentra con
León, su segundo amante. ¡Brillante! Esto es digno de un estudio
detallado.
También es interesante observar el uso de las
imágenes, que Flaubert las incorpora en los episodios sutilmente de
modos aparentemente casuales pero en realidad sumamente significativos.
Por ejemplo, el color azul es asociado a la fatalidad y los caballos a
la sexualidad. Esta novela es rica en este tipo de sutilezas.
A
Flaubert no se le daba la escritura de manera espontanea. Él mismo
confesó en varias oportunidades que carecía de talento natural. Su
maestría es el resultado de un gran esfuerzo. Podía pasar meses
estancado en unas pocas páginas. Pero, al final, las lograba superar
con perseverancia. Su magnifica obra literaria es producto de su enorme
dedicación y de su voluntad de hormiga.
Flaubert escribía prosa
con una belleza y expresividad poética. En Madame Bovary, no
encontramos personajes heroicos ni excepcionales, capaces de realizar
grandes proezas o de poseer grandes virtudes. Todos son seres comunes y
patéticos. Típicos burgueses de provincia. Es más, toda la historia
transcurre en medio de la mediocridad. De hecho, el autor se mofa de sus
personajes. La pieza es una crítica a los valores de la clase media.
El estilo. Es el estilo que usa el escritor lo que hace de esta novela
una verdadera obra maestra. Las descripciones, los diálogos, los hechos
y los sentimientos se unen mágicamente en una sublime sinfonía de
palabras. Todo gracias a la destreza del narrador que es un verdadero
poeta. Una lectura de las mil maravillas. Madame Bovary es una novela
para leer y releer.
Gustavo Godoy
Artículo publicado en
El diario El Tiempo ( Valera, Venezuela) y en varios medios alternativos
en diferentes países del mundo el Viernes 15 de Diciembre 2017 en la
Columna Entre libros y montañas
ver blog: buff.ly/2B9vAFO
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