Para gran beneficio de la
cultura, Goethe logró unir tendencias estéticas anteriormente consideradas como
antagónicas en algo armonioso y superior. Pudo equilibrar magistralmente los
impulsos románticos, típicos de las regiones germánicas, con los clásicos,
heredados del mundo grecorromano. Supo combinar los valores propios de una
burguesía emergente ligada exclusivamente a un ámbito nacional con la tradición
aristocrática europea, acostumbrada a moverse en un escenario internacional. Es
decir, sintetizó corrientes supuestamente contrapuestas y las llevó a un nivel
mucho más elevado. Con su obra, subió el estándar de calidad y, al mismo
tiempo, la hizo accesible a un público más amplio. Goethe creó literatura
universal.
Johann Wolfgang von Goethe nació
el 28 de agosto del año 1749 y murió el 22 de marzo del 1832. Nació en la ciudad de
Fráncfort, en lo que hoy se conoce como Alemania. Es el más grande de las letras alemanas y uno
de los gigantes de todos los tiempos. Con Goethe, sobre todo en su país, hubo
un antes y un después. Poeta, novelista, dramaturgo, científico, abogado,
diplomático. Fue un hombre total. Un acontecimiento único. Colocó a su patria
en la boca de todo el mundo y le dio a su terruño un prestigio cultural del que
carecía. Fue un ser extraordinario.
El Goethe
joven participó en el influyente movimiento artístico conocido como Sturm und
Drang, (preludio del Romanticismo). Después de abandonar el estilo
rococó de sus inicios, e inspirado por Homero, Shakespeare, Ossian y escritores
provenientes del pueblo llano, comenzó a escribir bajo una nueva poética.
Su
primera novela, basada en una vivencia personal, nos relata la tragedia de una
pasión frustrada, los tormentos de un joven burgués e intelectual enfrentado ante
el amor y la sociedad. Los sufrimientos del joven Werther, una obra
atrevida que causó un verdadero furor por toda Europa e impuso nuevos esquemas.
La novela conmocionó porque produjo un efecto profundo en la vida emocional de
sus lectores. Los jóvenes se vieron en Werther y se identificaron con su pesar.
En su tiempo, fue una sensación, un fenómeno editorial sin precedentes.
Hasta el monstruo de Dr. Frankenstein leyó el
libro. Y se dice que Napoleón Bonaparte siempre llevaba una copia en un
bolsillo.
Sus otros
escritos, por otro lado, se han convertido en valiosísimas guías educativas
para las clases cultas, principalmente su texto autobiográfico titulado Poesía
y verdad, pero también sus novelas de formación como Los años de Wilhelm
Meister, Los años de peregrinación de Wilhelm Meister y Las afinidades
electivas. Son verdaderas joyas del desarrollo personal. Una referencia
obligada.
Luego,
tenemos su drama teatral, Fausto. Esta es la obra poética más trascendente en
lengua alemana. Un drama universo. Lo tiene todo. Se basa en la leyenda del
alquimista y astrólogo alemán Fausto, hombre que, motivado por una desmesurada
sed de conocimiento, realizó un pacto con el Diablo. Fausto es un desafío contra el mundo
y los límites que nos impone. El personaje, hoy, se identifica con la voluntad indomable
del hombre de energía avasallante. La imagen de todo desenfreno.
Goethe es
el símbolo de lo mejor del humanismo alemán. Todo lo contrario a lo que podría
representar una figura como la de un Hitler. Goethe tenía mil facetas.
Era un hombre de acción y, al mismo tiempo, de gran intelecto. Un romántico de
clase mundial.
Gustavo Godoy
Artículo publicado en El diario El Tiempo ( Valera, Venezuela) y en varios medios alternativos en diferentes países del mundo el Viernes 02 de Febrero 2018 en la Columna Entre libros y montañas
ver blog: www.entrelibrosymontanas.blogspot.com
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