viernes, 28 de abril de 2017

El Buscador del Alma






El ser humano no sólo vive su experiencia personal. Aunque se trace metas meramente individuales, nunca es ajeno a las mieles y vacíos de toda la humanidad. Siempre comparte con los demás las mismas necesidades universales. Todos queremos amar y ser amados. Todos deseamos comprender y ser comprendidos. Pertenecer y sentirnos seguros en un lugar cálido, propio y familiar. Todos para encontrar consuelo necesitamos asociarnos a algo más grande que nosotros.  Llámese Dios, universo, totalidad o amor absoluto. En realidad, da igual.  Tal vez no se trate de tener la razón o de aceptar dogmas complicados. Tal vez se trate simplemente de ser feliz, de sentirse pleno. Construir lazos invisibles con el mundo entero.  Dar. Crear. Hacer el bien. Aportar en algo. La más sencilla elementalidad de la existencia humana es que habita dentro en todos nosotros una dulce y silenciosa voz   que nos exhorta a consagrar nuestras vidas  hacia un sentido trascendental. Es un llamado tan íntimo como profundo cuya validez nunca debe  ser  subestimada  o ignorada por mucho tiempo. Es la vida en su más básica y clásica esencia.


Así fue como Ahmad , nativo de Yazd e hijo predilecto de ricos comerciantes,  con sobrados motivos  dejó todos los apegos  atrás para emprender su gran viaje estético a la India espiritual. Desde muy temprana edad escuchó por parte  de los sabios de su ilustre ciudad  que la plenitud del alma yacia más allá de las fronteras de la falsa e ilusoria realidad. Para él, la realidad era la sociedad, la familia, el trabajo, las normas y los prejuicios de su propia mente. Entonces un buen dia primaveral y para la contrariedad de sus familiares y amigos decidió caminar rumbo al Este milenario y misterioso en busca de belleza, paz y libertad. Escogió asumir la ruta de los peregrinos. Y andar solitariamente por los senderos de la vida despojándose de los fantasmas del ego y la mundanidad.


No cabia dudas que Ahmad era del tipo espiritual. Todo su tiempo y su proceder estaban sistemáticamente y disciplinadamente  orientados  exclusivamente  al desarrollo de su noble ser. Poseía  la sensibilidad del poeta, la bondad del generoso, el aguante del deportista y la economía del mendigo. Su mente no estaba  enfocada en  sus pecados. Todo lo contrario.  Él los trataba  con una sabia y compasiva indulgencia.  Gracias a la prudente  recomendación de los libros antiguos  que leía con tanta pasión su mirada estaba pacientemente dirigida al presente, en el aquí y el ahora. Su filosofía personal no podía ser más sencilla. Todo se resumía  en unos pocos lineamientos:  cultivar el carácter, relajar las ambiciones, ignorar los deseos, vaciar la mente y  abrir el corazón. Era una práctica cotidiana y constante que  se apoyaba en el ser y no en el tener. Él creía profundamente en los valores terapéuticos de un enriquecimiento interior. El mundo exterior no es otra cosa que una manifestación de nuestro propia subjetividad. La felicidad o la desdicha están sólo en nuestra mente. En realidad, nada nos falta porque ya lo tenemos todo. No hay que buscar nada en otro lado.  Nuestro nivel de consciencia es lo que determina la naturaleza de toda nuestra existencia. O por lo menos así lo creía él.   Ahmad dedicó toda su vida  a la temeraria aventura de  borrar todo lo impuro en su alma  para sembrar en su lugar hermosos crisantemos. Sin lugar a dudas, un objetivo titánico. Pero así era él y esa fue  la audaz vida que eligió.


Quien conquiste el alma tendrá el poder para conquistar al universo entero.



Gustavo Godoy

Artículo publicado en  El diario El Tiempo ( Valera, Venezuela) y en varios medios alternativos en diferentes países del mundo el viernes  28 de Abril 2017 en la Columna Entre libros y montañas

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viernes, 21 de abril de 2017

El Poder de los Tiranos








El poder está ahí para combatirlo sin mucho debate. Él que teme mucho tiende a pensar demasiado. Se paraliza en un mar de tímidos detalles y consideraciones intelectualoides. Todo se torna en una discusión permanente y estéril. Por supuesto que es cierto que detrás de toda tiranía siempre existe un bando en la retaguardia que no es otra cosa que la próxima tiranía en la espera. De eso no hay duda. Seguramente durante los vientos de cambio son ellos principalmente  los que buscarán  beneficiarse de la cosecha. Pero es un error permitir a un poder establecido para defenderse de un poder en potencia. Siempre es buena idea desconcentrar el poder, descentralizarlo. Y debemos recordar que la vieja estrategia de guerra que dice que  el enemigo de mi enemigo es mi amigo a veces rinde sus frutos. Atacar el poder en la práctica significa promover la alteración de su balance. Alentar al traidor dentro de sus filas. Y buscar su desequilibrio al dividirlo en bandos contrapuestos.  Siempre se debe golpear primero al más fuerte del momento.   Cuando el clima cambie, ya se replantearan los objetivos. Las quimeras solo existen en la imaginación y en los libros. La contienda en contra del poder  es una acción de calle que nunca termina. Es realidad. Y para vivir en la realidad se debe aprender a tolerar las ambigüedades y las contracciones. Ser rebelde es  un estilo de vida, no una mera coyuntura. No se admiten los pasivos con razón.


La fuente del poder de los tiranos es la imposición del miedo y la necesidad. La primera tarea del opresor es crear impotencia y desconsuelo en el oprimido. Eso lo hace proyectando una imagen de invencibilidad, el poderoso como un invicto genio del mal .  Cuando los opositores del poder se convencen que la victoria es imposible ya todo está perdido. Hasta el imperio romano cayó.  Derribar a tiranos de segunda debería ser pan comido.   Cuando triunfamos  en la mente, las tiranías por muy indestructibles   que aparenten ser se vuelven de papel.


Nunca se debe confrontar el poder como un fin por sí mismo.  Siempre tenemos que combatirlo en pro de valores superiores. La contienda genuina no es entre grupos adversos. La  pelea debe librarse  a favor de la  libertad, de la justicia, de la paz, del bien, del conocimiento. La pelea debe ser  en contra del autoritarismo, de las imposiciones, del mal , de las injusticias. La rebelión de los justos es para construir un mundo mejor,  no es para cambiar una élite por otra. Si no es así, trabajamos por la misma tiranía pero con diferente traje. Se lucha para promover algo mucho  más iluminado, no para imponer lo que se critica cuando se pertenece al sector perseguido.  Siempre es un peligro caer en la tentaciones de la doctrina del ojo por ojo. El odio, el resentimiento  y los deseos de una  justicia vengativa son  la antesala de un futuro más oscuro. Hay que ser más valientes que eso. Siempre debemos recordar la nobleza original de la verdadera lucha de los primeros héroes.


Valiente es aquel que defiende su dignidad a pesar de los peligros. La moral siempre está por encima de la autoridad de la tierra.  Él que evade los problemas y los sacrificios que implica el ser libre está aceptando la opresión por muy fuertes que sean sus irreverentes quejas en la sala de su casa, en los cafés de moda o en la pantalla de un computador. El tirano manda porque todos obedecemos. Por muy dura que sea  la realidad cotidiana durante un regimen tiranico si no estamos dispuestos a recibir una bala en la cabeza por un porvenir más justo , seremos sus  eternos cómplices. Las tiranías  comienzan cuando la gente buena escoge la seguridad y evite los riesgos de la libertad.  Circunstancias extraordinarias requieren de nosotros esfuerzos extraordinarias. Bajo el reinado  del miedo, todos moriremos  lentamente de las manos del conformismo, del hambre, de la enfermedad o del hampa pero nunca por luchar.


La lucha es práctica, no teoría. Luchar significa exponerse. Actuar según nuestras convicciones y no por una cómoda conveniencia. Las tiranías se derrumban por agotamiento. No  hay que dejarlos ni dormir. Su infierno es un pueblo irreverente e incansable. El dia que estemos dispuestos a perderlo todo, ese sera el dia que caerán todas  las tiranías.

Gustavo Godoy

Artículo publicado en  El diario El Tiempo ( Valera, Venezuela) y en varios medios alternativos en diferentes países del mundo el viernes  21 de Abril 2017 en la Columna Entre libros y montañas


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viernes, 7 de abril de 2017

El Loco y la Noche





La vieja ciudadela como tal no ostentaba nada de particular. Era la típica  comarca antigua de los cuentos narrados por los persas. Pero poseía una atmósfera  espiritual  y misteriosa  que estimulaba enormemente a la imaginación. Daba la sensación que  en cualquier momento podía ocurrir algo increíblemente extraordinario.  Se ubicaba elegantemente en las fértiles tierras del Norte entre verdes colinas y melodiosos riachuelos.  Y para llegar a ella era necesario atravesar coloridas montañas, lindos paisajes, y  extensos  bosques. Su exótica población estaba compuesta mayormente por granjeros , artesanos y damas del hogar. Pero también se destacaba ilustremente por sus  nobles, escritores , filósofos, trovadores, y vagabundos. Detrás de la campiña, se podían ver los muros de roca, los oscuros tejados y el humo de las chimeneas. Sin embargo,  sólo de cerca es que se podía apreciar que en realidad era una arbolada villa  rica en  jardines, estrechas calles de piedra, carruajes y faroles de kerosén. Ahí en ese preciso lugar escogieron nacer grandes poetas y místicos de antaño.


Entre las historias más memorables de esa enigmática región  de Oriente, se habla de un loco  que insensatamente se había enamorado de la noche. Sin dudas, es una historia poco común. Es un  sorprendente relato  sobre un hombre nada convencional y su amor imposible. Cuentan que todo surgió un día cuando el loco decidió  sin razón aparente caminar por las afueras del pueblo a las horas del atardecer  en busco  de algo adorable.  Quería encontrar en la lejanía algo con alma para besarle ya que entre los locales su búsqueda había sido en vano. Nadie sabe a ciencia cierto cuando  el loco exactamente dejó de ser un hombre razonable pero todos coincidian que seguramente fue por amor. Algún tipo de relación tormentosa con un  final desdichado probablemente tuvo y por trágica necesidad  no le quedó otra que perder el juicio. Lo cierto es que en algún punto  el hombre se hizo aficionado de la noche.  Y para la consternación de los más  despiertos del poblado, los sueños de amor del loco nunca  cesaron. Para ese corazón  aquel dulce  idilio  con la noche era un querer como ninguno. Quizás no era del todo sensato, pero sí era un amor auténtico y verdadero.


Como todo gran encuentro ocurrió por casualidad. El hecho es que  desde un principio la noche lo cautivo ;y el loco enamorado  lo único que pudo  hacer fue suspirar de amor apasionado. Para él no existía  poema más romántico y hermoso que su sonrisa. Ella con su encanto borró todos sus dolores y con su dulzura sano todas sus heridas.  Él por  su belleza simplemente se volvió loco de ilusión. Y en su compañía sólo le provocaba celebrar con danzas, risas, vino y alegría. La felicidad era total e infinita como las galaxias. Y todo fue eterno y pleno como las estrellas.


Sin embargo,  al final  y como suele suceder, la noche abandonó al loco sin despedirse y  todo se derrumbó  como un frágil castillo de arena. La bella noche se  desvaneció sin dejar huella pero no sin antes llevarse su corazón. Y esos  destellos de felicidad que un  día vivió se transformaron en una dolorosa y triste melancolía. Todo se redujo  a un largo y nostálgico recuerdo.  El loco se quedó solo y su único consuelo desde ese momento en adelante fue mirar perdidamente al horizonte inalcanzable. Siempre extrañando a la noche. Siempre buscándola.


Hay amores que se van. Que se escapan de nuestras  manos  sólo dejando un enorme vacío.  Y es una verdadera  pena. Lo imposible es duro de aceptar para el corazón y el pensamiento de aquel que aún anhela locamente.  Siempre es difícil olvidar  los grandes sentimientos. A veces lo único que nos queda es la esperanza. Porque quien sabe!  Tal vez  en el momento menos pensado y del modo más inesperado podría  llegar otro anochecer. Un dia la amada noche podría volver.


Gustavo Godoy


Artículo publicado en  El diario El Tiempo ( Valera, Venezuela) y en varios medios alternativos en diferentes países del mundo el viernes  07 de Abril 2017 en la Columna Entre libros y montañas


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