viernes, 15 de septiembre de 2017

De los Héroes y sus Heridas




Detrás de todo héroe siempre se oculta  un dolor. Una vieja herida sin sanar que se lleva a todas partes. Una pérdida, un abandono, un menosprecio o un fracaso. Algo. El mundo puede ser un lugar sumamente cruel para el inocente y un héroe no está exento de esta cruda realidad. Él, al igual que todos, nunca espera contratiempos de buenas a primeras. Sin embargo, esto rara vez sucede. Nada llega sin reveses. La vida es así. A veces, es  la familia. Otras veces, es  la sociedad. Otras, puede ser el destino. Pero todos estas variables, ya vengan  juntas o por separado, con frecuencia, actúan de modos inesperados para frustrar nuestros planes y deseos más sentidos. Las injusticias nos hacen sentir pequeños y vulnerables. Entonces y de pronto, estos avatares fomentan la ilusión de que no somos suficientes. Las personas crecen inseguras, desconfiadas y ariscas como los erizos. Dejan de vivir y se esconden para no ser heridas nuevamente. Antes de sanar, lo que predomina es el miedo, la rabia, y las dudas.


El héroe antes de ser un héroe vive una vida de excusas y  evasivas. No afronta la realidad. Nunca asume  riesgos. Nunca se abierto a nuevos retos.  Simplemente, ahí, estancado en un círculo donde hay cambios pero no hay avances.  Impulsado por los temores, escondido en una cueva, esquivando el compromiso e ignorando su verdadero potencial y valor. Se miente a sí mismo diciéndose una y otra vez que todo está bien. Pero las cosas no están bien. De hecho, están mal. En realidad el momento ha llegado cuando hay que salir de la oscuridad y dar, de una vez por todas, un paso al frente.

Las mejores historias  comienzan con el protagonista teniendo todo en su contra. Al principio,  todo indica que los objetivos que se planean son casi imposibles de  lograr pero, a pesar de eso, se sigue caminando. Hay peligros y enemigos  por doquier, pero la voluntad puede más que la mala fortuna. Mientras más noble es el fin, mayores serán los sacrificios. No hay buena historia sin conflicto. No hay buen héroe sin valor. Una gran meta puede impulsar una historia hacia adelante pero los obstáculos son los que la hacen interesante. La gloria yace en el esfuerzo.

Una vez que el héroe ha demostrado su capacidad superando todas las pruebas, empieza a ver las cosas con mayor claridad. Sus valores cambian y crece en lo interno. Ahora su visión del mundo y de sí mismo es diferente. Al final de su largo viaje, llega a entender que estaba equivocado. Lo que anteriormente creía desear no era lo que realmente necesitaba. Nunca se trató de las grandes proezas y los grandes  triunfos. Desde un comienzo, todo siempre fue sobre algo mucho más sencillo y elemental. Amar y ser amado. He ahí el centro de todo. Tenía que aceptarse para poder dar de . Tenía que sanar sus heridas y poder realizar que sí era suficiente.  Su verdadero anhelo siempre fue  tener un hogar, pero el miedo y el orgullo se lo impedían.

Los héroes no son más valientes ni fuertes que los demás. Solo son los que no se rinden con el dolor. Son los que siguen luchando sin parar  por un mundo más amable. Son los que aman, como si nunca hubiesen sido heridos.


Gustavo Godoy

Artículo publicado en  El diario El Tiempo ( Valera, Venezuela) y en varios medios alternativos en diferentes países del mundo el viernes 15 de Septiembre 2017 en la Columna Entre libros y montañas







ver blog: www.entrelibrosymontanas.blogspot.com

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