viernes, 5 de febrero de 2016

Dios y las religiones



El filósofo griego ,y discípulo de Sócrates, Platón sostuvo una concepción de la sociedad y el mundo muy particular. El pensamiento platónico se basa en la búsqueda de lo fijo, de lo permanente.  Para Platón,  la realidad es una verdad  universal y eterna  mientras que lo efímero y aparente son meras ilusiones.  La cosmología platónica  plantea el mundo como un sistema dual jerárquico  donde  existe un nivel superior  y un nivel inferior dentro de un orden estable. Su teoría política y su metafísica se entrecruzan ,y resulta difícil exponerlas por separado debido que Platón consideraba que la sociedad y el cosmos se regían según las mismas reglas.   

Platón nació en Atenas en los  tiempos de Pericles. Después de la guerra con los persas,   Atenas se convirtió en una potencia cultural, política y militar que, hasta el día de hoy, a pesar de los siglos, no deja de causar la  admiración y el asombro de todos.  Sin embargo, este periodo de esplendor  termino trágicamente en la guerra donde la poderosa Esparta resulto victoriosa.  Platón, y su pupilo Aristóteles, responsabilizaron al sistema democrático ateniense por  la derrota.  Por eso es que para entender a Platón, y a los filósofos posteriores, es necesario saber algo de Esparta.

La visión platónica, tan del universo como de la sociedad, presenta una clara influencia del modelo totalitario y rígido espartano. Los griegos admiraban la ciudad espartana por su gran estabilidad.  Esparta era un estado oligárquico y militarista que se caracterizaba por su poca libertad personal y la severidad de sus  leyes.  En Esparta, había orden. Mientras que en los demás ciudades de la región,  las revoluciones eran cosa común,  la constitución espartana permaneció sin cambios por siglos. Por otro lado, para Platón, y para su sucesor Aristóteles,  la democracia representaba  la perdida de la guerra, la destrucción y el caos. A Platón,  la democracia lo despojo de sus riquezas familiares. Además, la democracia condeno a su querido Sócrates a la muerte.

Platón y Aristóteles dominaron casi exclusivamente  el pensamiento occidental a lo largo de la edad antigua, la media y la moderna. En las religiones occidentales, como el judaísmo, el cristianismo y el islam,  la influencia griega es tremenda, sobre todo en el cristianismo, y especialmente  en el catolicismo.  Basta con leer un poco a San Agustín para notar  una fuerte corriente neoplatónica. Solo basta con ojear  algunos escritos de Santo Tomas de Aquino  para reconocer  claramente a Aristóteles.   

La Iglesia Católica al día de hoy aun acepta la doctrina de Santo Tomas como su doctrina oficial. De hecho, la teología cristiana, y la de las otras religiones abrahamicas,  siguen fielmente un orden muy semejante a un reinado de la antigüedad  regido por los esquemas platónicos y aristotélicos.

Los grupos religiosos pretenden ser  las reveladores de la  verdad absoluta convirtiendo en dogma las ideas que exponen sus autoridades y su literatura. Un dogma es  sistema de pensamiento creado por hombres del pasado tan falibles como los hombres de hoy. Sin embargo, estos hombres de mentalidad autoritaria pertenecieron a  organizaciones muy poderosas con la capacidad de imponer, con el apoyo de las fuerzas políticas, sus planteamientos como verdades incuestionables a la población civil.  Las verdades se soportan con argumentos, no con el poder. Y siempre están sujetas a refinación.

El concepto tradicional de Dios, entre muchos otros conceptos religiosos tradicionales, se deben abrir al escrutinio público, aboliendo estas ideas retrogradas  que unen la verdad con la autoridad.  Desde los tiempos de Sócrates, Platón y Aristóteles, el pensamiento humano ha avanzado mucho, y los sistemas jerárquicos ya no son tan idolatrados como antes.

 Los grandes temas de la vida no pueden enjaularse, deben liberase. Una mejor compresión de la realidad depende de una mente abierta y sin fronteras. Por eso es que el primer paso hacia el verdadero saber es: la duda.


Gustavo Godoy 

 Articulo publicado por el Diario El Tiempo de Valera , Viernes 05  de Febrero de 2016 en la columna Entre libros y montañas
 

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