viernes, 16 de septiembre de 2016

No te rindas



Todo aquel que escoge emprender un largo viaje debe esperar piedras en su camino.  Mientras más grande sean sus aspiraciones, mayores serán los retos. Lo verdaderamente loable requiere un esfuerzo. Lo fácil carece de valor. El que se sienta plácidamente en el conformismo no se topa con muchas obstáculos pero tampoco  llega  muy lejos. Encuentra la seguridad del mediocre pero nunca las glorias del perseverante.  ¿Seguimos luchando, o nos rendimos ahora? Esta es la pregunta interna más transcendental de nuestras vidas. La respuesta que escogemos determinara  quién somos. 

Es sumamente  ingenuo de nuestra parte  pretender  que el mundo solo es bombones y algodón de azúcar. El mundo también es un lugar duro, lleno de espinas, lleno de dolor. El mundo a menudo nos golpea  la cara inesperadamente. A veces no lo merecemos pero igual nos golpea. La vida nos da fracasos, caídas y sufrimiento. Los problemas siempre nos encontraran de alguna manera. La diferencia está en cómo enfrentamos  los problemas. Mientras unos se lamentan y quejan, esperando la justicia divina,  otros aprenden, se adaptan, crecen, mejoran y se levantan para volver a intentarlo,  cada vez con mayor fuerza.  Mientras unos se cansan de recibir golpes, otros siguen caminando firmes, aceptado el sacrificio con dignidad, dispuestos a enfrentar los tropiezos, sin renunciar jamás. Esa es la diferencia entre los que sueñan  ideas y  los que las hacen una realidad. Es sobre  trabajo, paciencia, y cerebro. No es la falta de adversidades o de recursos, es nuestra actitud. Es sobre esa fuerza que cada uno de nosotros tiene dentro y nadie nos las puede arrebatar.

La mayoría de las personas les encanta ser una víctima. Culpar algo externo por los problemas es un deporte muy popular.  Culpamos a   los demás, al pasado, a los padres, a los hijos, a la pareja, la falta de dinero, al gobierno, a una oscura conspiración, a la suerte o a las injusticias. Pero con demasiada frecuencia nos olvidarnos de colocar en esa larga lista a nosotros. Raras veces asumimos la responsabilidad de nuestra vida. Raras veces, tómanos control.  Nos falta creer en nosotros. Confiar en nuestra capacidad y grandeza e  ignorar las voces de pesimismo.  Por miedo, preferimos definirnos como pequeñas víctimas de un mundo hostil. Esa es la historia que creamos para sentirnos más seguros. Pero en el fondo sabemos perfectamente que es una gran mentira. La realidad es que si podemos. Podemos dar mucho más.

Debemos siempre recordar. Tenemos el poder de alcanzar grandes cosas y muchas veces no lo vemos. Actuamos como seres minúsculos pensando que la cima  es demasiado alta y terriblemente inconquistable. Es falso. En realidad, si podemos. Siempre los límites los ponemos nosotros. No son reales. Estamos donde estamos porque así lo escogimos. Si quisiéramos realmente algo diferente, cambiaríamos. Uno es lo que se propone ser.  Hay  personas que han logrado cosas más difíciles en condiciones más adversas.  ¿Por qué no vamos a poder nosotros entonces? 

Horas y horas, años y años, décadas y décadas. Si el sueño es lo suficientemente grande y noble toma una eterna alcanzarlo. Una vida no es nada, si la causa es justa. La única manera de desafiar al destino es con voluntad. Lo único que necesitamos para lograr lo increíble es  decisión, pasión, y propósito. ¿Qué estamos esperando entonces?


Aporta al mundo, crea algo memorable, ayuda a los demás , defiende las causas que valgan la pena. Lucha no por un día, lucha durante toda la vida. No te quejas, conquista. Mientras más difícil sea la meta, mejor.  Nunca renuncies.  No te rindas. 

Gustavo Godoy

Artículo publicado por El diario El Tiempo ( Valera, Venezuela) el viernes  16 de Septiembre  2016 en la Columna Entre libros y montañas

Ver blog: www.entrelibrosymontanas.blogspot.com    

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