viernes, 12 de mayo de 2017

El Dilema de la Bella Helena









A veces agota ser mujer y  fingir que todo marcha de las mil maravillas. Ser un simple relativo. Ser la hija de alguien, la madre de alguien , la esposa de alguien. Cumplir con un rol y nada más. Satisfacer expectativas ajenas pero descuidar las propias. A veces eso no es suficiente y hace falta algo más.  Te preguntan por la cena, por la ropa, por la lista de compras, por la limpieza del jardín , pero pocos te preguntan si eres verdaderamente feliz. Hay veces cuando el corazón cambia de parecer. A veces provocar vivir , abandonar los miedos y que pase lo que tenga que pasar. Así arda Troya.


Helena estaba cansada de escuchar por parte de todos que necesitaba un hombre para ser feliz. Llevaba años casada pero con el tiempo también crecieron las dudas. La vida no podía ser sólo complacer  a los demás. Tal vez ella merecía más. Ella no estaba muy  contenta con el papel que le tocaba en la historia y  deseaba otras posibilidades. Lo que sucedía  era  que el miedo  siempre le ganaba y entonces  aprendió a ser paciente ante las injusticias. Se sacrifico  por un bien superior. En otras palabras, se sacrifico por los demás. Ella, como es común entre los bondadosos,  confundía con demasiada facilidad la paciencia con la capacidad de aceptar imposiciones.  Y por otro lado,  también quería evitar el escándalo que seguramente  provocaría su  rebelión personal  ante el orden y la costumbre establecida. Nadie quería una guerra. A nadie le convenía una revolución feminista en su hogar. Su hogar,  un sitio que  se había transformado con los días ,y con su propia complicidad,   en un palacio de hojalata, hermoso pero sin alma. No sabía que era mejor  si impulsar una reforma progresista o  escoger un sonoro escape.


Dejaba pasar el tiempo, pero todo empeoraba. Ya las agujas del reloj en su casa retumbaban como truenos con cada segundo  y nunca se callaban. Era una casa cómoda para todos menos para ella. Aunque su problema no era el presente en realidad. Ella sabía que el diagnóstico de su realidad  era certero. El problema y la principal causa  de su angustiosa vacilación era el futuro. No sabía si tendría el valor necesario para  ser libre. Dudaba si contaba con las fuerzas para  vencer   las batallas de la soledad. La soledad era una guerra que seguramente la esperaba en su inseguro porvenir si se decidía por un radical giro de rumbo. Estaba atrapada en una situación que ella misma permitió por mucho tiempo. Y sabía muy bien que en el mismo momento que escogiera la senda de la mujer independiente debía desaprender su vieja vida para enfrentarse a un mar de futuras incertidumbres. Mientras tanto, en la privacidad de sus pensamientos y dependiendo de su humor,  su frágil  determinación oscilaba  entre una frustrada resignación y un optimismo arrogante coloreado  con breves delirios de grandeza. Ese ciclo interminable  se repetía una y otra vez en su cabeza de manera infinita .


Helena era tan bonita como el cielo azul. Le asentaba muy bien el cabello corto y  recogido. Su dulzura combinaba mucho con su elegante silueta. Siempre cautivaba a todas las miradas al andar. Era buena en todo. Y si alguien merecía ser feliz era ella porque era un amor.  Poseía una nobleza como ninguna. Con su sonrisa iluminaba al mundo entero. Sus flores la adoraban. Y su gato la quería con pasión. Era un bien para todos. Estar junto a ella era como vivir en un agradable paraíso. Simplemente dejó de encajar en su propia vida y quería algo más acorde a sus anhelos de mujer bella e interesante. Así de sencillo.


No hay cambio fácil en este mundo.  El desconocido devenir siempre trae  consigo peligros para la persona que  se arriesga por una mejor suerte.  El miedo es un muro  que debe derrumbarse sin piedad.  Las luchas por la felicidad  siempre valdrán la pena.


Gustavo Godoy

Artículo publicado en  El diario El Tiempo ( Valera, Venezuela) y en varios medios alternativos en diferentes países del mundo el viernes  12 de Mayo 2017 en la Columna Entre libros y montañas

ver blog: www.entrelibrosymontanas.blogspot.com

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