viernes, 23 de junio de 2017

Mi Afrodita y la Lluvia




Hace frío porque hoy amaneció de lluvia. Las nubes acarician las laderas. La luz es débil. Solo se escucha el frágil murmullo del agua y el de las hojas. Los árboles del bosque bailan suavemente con el viento mientras los pájaros deciden posponer sus cantos para más tarde. Es demasiado temprano para separarse de estas cálidas cobijas y de estas almohadas de algodón. Es un clima que se presta para la intimidad y el afecto. Hoy todo es lento, tranquilo y silencioso. Nada pasa porque todo parece haber quedado suspendido entre el rocío, la neblina, y las emociones. Solo provoca seguir durmiendo. Solo me provoca abrazarte totalmente para sentir calor, en esta cama inmensa. Hace frío esta mañana y lo único que quiero es estar junto a ti. Estar contigo y nada más.

Te propongo que nos tomemos este día libre y nos dediquemos a hablar de nada por horas como dos perezosos. Podemos hacer de hoy un fin de semana para soñar con bellas utopías y olvidarnos del bullicioso exterior. Hoy nos toca holgazanear porque afuera está lloviendo. Es mejor que nos quedemos aquí adentro.

Hay tiempos en la vida cuando se debe aceptar que toda la felicidad del mundo a veces se puede reducir simplemente a quedarse en casa durante un día lluvioso. Y al mundo le tocará extrañaremos. A veces las cosas son así de simples. Ya habrá oportunidad de reparar las consecuencias de nuestra ausencia.

Quédate un rato más. No te vayas. No te marches que aún me faltan besos para darte y canciones para dedicarte. Quiero quererte bonito. Quiero consentirte mientras llueve. Quédate aquí. Quédate hoy. Quiero que te quedes porque esta mañana estás más linda que nunca.


Si alguna vez la pase mejor con alguien más, simplemente hoy no me acuerdo. Hoy solo existes tú. Contigo todo es risa, pasión y tu piel infinita. No me importa si allá afuera en el mundo real yo no soy tu prioridad. Aquí ese mundo ya no existe. Aquí solo estamos tú, yo, este cuarto mágico y esta locura nuestra. Todo lo demás es un borroso y vago  recuerdo.  Yo no te pido nada. No te pido que nombremos o regulemos lo nuestro.  Yo te amo libre. Yo te quiero libre. Sin complicaciones. Gracias por enséñame tu universo, por confiar en mí, por tanto cielo azul, por tantas noches inolvidables y por darme esta bella historia de amor.  Así exactamente como  eres es que siempre me has gustado. Solo dame más de tu sonrisa. Obsequiame  más de tu mirada. Deleitame más con tu presencia.  Tan solo sigue regalándome más momentos  junto a ti.  Eternos  momentos a tu lado es todo lo que anhelo, porque contigo soy feliz. ¡ Qué bueno que  estás  aquí, hoy  que está lloviendo!



Gustavo Godoy

Artículo publicado en  El diario El Tiempo ( Valera, Venezuela) y en varios medios alternativos en diferentes países del mundo el viernes  23 de Junio 2017 en la Columna Entre libros y montañas



ver blog: www.entrelibrosymontanas.blogspot.com

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