viernes, 22 de marzo de 2019

Literatura, teatro y cine



Primero que nada, para contar una  historia se debe escoger un medio. Un canal para transmitir el mensaje y poder expresarse. Los caminos son muchos, pero existen tres formas artísticas dominantes (en la actualidad). Se puede escribir literatura. Cuentos y novelas. Las palabras sobre el papel para ser leídas. El escritor literario. También, se puede ser un dramaturgo y escribir obras de teatro. Este es un medio donde el texto se escribe para ser representado por actores en un escenario y frente a un público.  O se puede ser guionista y escribir guiones cinematográficos. Aquí el producto final es una película. Un medio audiovisual. Claro que existen otros medios que son una especie de mezcla entre dos o más medios. La televisión, por ejemplo, es una mezcla entre el  teatro y el cine. Los comics son una mezcla entre el cuento y el dibujo.   La ópera es una mezcla entre el teatro y el canto.

Todos esos  medios son utilizados para contar historias. Pero cada uno tiene su propia particularidad. Una historia contada en diferentes medios nunca es la misma historia. El medio afecta su contenido. Digamos que una novela es adaptada al cine. Bueno, la historia siempre cambia. En el trayecto,  algo  pierde y algo gana. Sus propiedades se transforman al  pasar de un medio al otro. Por ejemplo, una figura de papel es muy diferente a una escultura de mármol. Su forma podría ser igual pero el tipo de material utilizado modifica sus propiedades. E indudablemente, estas dos obras despertarían diferentes reacciones en sus espectadores. La experiencia estética obviamente sería muy distinta. Esto sin mencionar la técnica utilizada  para su realización. El creador debe implementar una técnica para trabajar con papel y otra muy distinta para trabajar sobre el mármol. La forma es la misma, pero debido a su composición material son dos obras esencialmente muy distintas entre sí. Una fotografía de la obra, por ejemplo,  llevaría esta diferencia aún más lejos. Ahora bien, en los medios narrativos, este fenómeno también se presenta. 

Las novelas de ciencia ficción, de fantasía, de crímenes,  de aventura y de acción tienden a mejorar una vez llevadas al cine. Este tipo de novelas cuentan con un enorme potencial para el espectáculo visual. Entonces, la gran pantalla les da la oportunidad de brillar. El mundo del cine está repleto con películas  geniales que fueron adaptaciones de novelas menospreciadas por la crítica literaria.  Por ejemplo, El Padrino de Mario Puzo y El Señor de los Anillos de Tolkien. Para los  fanáticos de estas películas, leer estas novelas sí podría ser una experiencia gratificante porque en la película por razones de economía se omiten ciertos detalles que en el libro se pueden conocer (en los libros hay más espacio). Sin embargo,  la obra que realmente los atrae es la película.

Curiosamente, las novelas que indagan principalmente en el mundo interior de sus personajes tienden a convertirse en películas mediocres. Se podría decir que las mejores novelas tienden a ser malas películas.  Las películas basadas en las obras de Marcel Proust o James Joyce son un ejemplo.  Las descripciones, los comentarios, y los acotaciones por parte de un narrador son elementales en una novela. Por medio del narrador conocemos los personajes, sus pensamientos y su mundo. Se nos cuenta la historia con palabras. Todo se apoya  en el texto. Por otro lado, la figura del narrador en el cine y en el teatro resulta un tanto fuera de lugar. Se utiliza a veces. Y en contadas ocasiones se ha llegado a utilizar magistralmente. Pero por lo general es un recurso con resultados muy pobres.  En el cine, los sentimientos y pensamientos de los personajes son mejor expresados visualmente.  No se dice. Se muestra. Si  el personaje  llora, no necesitamos una voz que nos cuente su triste. El efecto es mayor de manera visual.
El teatro es un medio narrativo para el dialogo. Es cuerpo, voz y sentimiento en interacción con los demás. Los monólogos y las obras con un solo personaje en la mayoría de los casos producen un mal teatro.  Comúnmente, estas piezas son un largo comentario personal. Una especie de discurso. Generalmente, carecen de historia. Tal vez, para un actor sean desafiantes pero para un escritor quizás  es mejor escribir ensayos y artículos de opinión para ese fin. Por otro lado,   las películas con poca acción y  diálogos nutridos  tienden a  llevársela divinamente con el teatro. Los embrollos familiares, los enredos de pareja y las batallas verbales se desarrollan de las mil maravillas sobre las tablas.
¿Cuál es el medio apropiado para una historia? ¿Qué tipo de escritor debo ser? ¿Cuál es el mejor medio de todos?  Primero se debemos pensar en el nivel de conflicto que más nos interesa. La literatura es particularmente efectiva explorando  conflictos internos. El mundo de la subjetividad. El teatro es excelente desarrollando conflictos sociales. La familia, los amigos, la oficina, un hospital, etc.  Y el cine es perfecto para mostrar los conflictos externos. El mundo físico. La guerra. Una invasión extraterrestre. Una catástrofe natural. Los tres medios manejan muy bien estos tres niveles de conflicto, pero cada uno tiene su punto fuerte.
El director de cine independiente  obsesionado con la psicología de sus personajes  podría considerar la idea de escribir novelas. El escritor aficionado a la acción o los superhéroes podría tratar de escribir guiones. Y el novelista preocupado por las buenas conversaciones debería experimentar con el teatro.
La literatura es especial para solitarios. El teatro y el cine son esfuerzos colectivos. En la literatura, el trabajo del escritor se aprecia de forma directa. Es su texto. En el teatro y el cine, el trabajo del escritor es invisible. Su texto no se aprecia. Existe solo de modo indirecto,  en las acciones de los actores y  en las decisiones del director.
El cine de hoy se ha dedicado a producir básicamente dos tipos de películas. El primer tipo son las películas de altísimo presupuesto destinadas a un público global.  Aquí entran las películas  de superhéroes,  y las de ciencia ficción. El otro tipo son las pequeñas películas independientes. En otros tiempos predominaban las películas de tamaño intermedio pero este ya no es el caso.  El cine de hoy no  toma riesgos.
En lo respecta a la literatura, hoy  se divide en dos. Primero y por encima de todo, nos encontramos los bestsellers. El trabajo de unas pocas celebridades que venden muchísimo en todo el mundo. Estas obras dominan el mercado, despiadadamente. Luego, están todos los demás. Es decir, el resto de los escritores que venden casi nada. En lo que corresponde a la calidad, esta se halla  en cualquier lugar. Es rara, pero existe. Se descubre con dificultad porque tiende a vivir en la oscuridad. Aquí también podría comentar algo sobre las publicaciones literaturas en las redes sociales y los blogs, pero no lo hare porque este tema es muy extenso y no cabe en este artículo. Más adelante escribiré sobre la materia.
En el caso  del teatro, este se ha concentrado en unas pocas ciudades y goza de un público mucho más reducido que el de la literatura y el cine. Las obras más populares  casi siempre cuentan con la presencia de una celebridad proveniente de otro medio como la televisión o el cine para garantizar un público.  También está el teatro aficionado, por supuesto.

La televisión es el medio del momento. En la actualidad,  la variedad, la experimentación y la innovación en lo corresponde al arte de contar una buena historia se encuentra  en la pantalla chica. Las historias más fascinantes, las más interesantes,  se están desarrollando ahí.  El medio está atravesando una autentica  edad de oro. La televisión dejó de ser un medio exclusivamente de baja cultura. Ahora cuenta con grandes series. Joyas. No todo es bueno, pero la excelencia se ha incrementado de un modo increíble.

Últimamente, las plataformas (Internet) como Youtube, Netflix y Amazon están ganando mucho terreno y seguramente la tendencia crecerá en el futuro. Este nuevo espacio brinda grandes oportunidades para la producción independiente. Es un canal con mucho potencial para escritores noveles. 

El escritor debe escoger un medio para contar su historia. ¿Novelista? ¿Guionista? ¿Dramaturgo? Bueno, he ahí un asunto para ponerse a pensar.

Gustavo Godoy


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